martes, 26 de febrero de 2013

Justi Barreto

Con él lanzó dos docenas de bombas que quedaron para la historia, entre los que se recuerdan Batiri, barabatiri, Pachito Eché, El suave, e incluso Rabo y oreja, de Justi Barreto, quien me aseguró en Nueva York que fue él quien logró que Benny grabara por primera vez con estas grandes orquestas.

Desde su regreso en 1951 a Cuba, se dedicó a preparar sus propias agrupaciones y para ello se consolidó en las escuelas de consagrados maestros, tales como Ernesto Duarte y Bebo Valdés.



Conjunto Matamoros

A su partida para México, en 1945, con el Conjunto Matamoros, Bartolomé se cambió el nombre por Benny.

En seis años de permanencia en ese país, después de superar líos de visa, le surgieron ofertas en cabarés, teatros y en la RCA Victor; descubrió agrupaciones musicales y, sobre todo, grandes orquestas con influencia norteamericana.

Allí conoció y grabó con Rafael de Paz, Chucho Rodríguez y Memo Salamanca, pero también con cubanos afincados en ese país que tenían excelentes grupos, como Arturo Núñez, Mariano Mercerón y en especial con Dámaso Pérez Prado.